Desde
los inicios de pequeños encargos de
computadoras construidas de forma artesanal Apple I, por dos amigos aficionados a la informática
Steve Jobs y Steve Wozniak, hasta nuestros días, en los que conocemos Apple
como una gran compañía, han sido muchas las vicisitudes en una carrera a muerte
por el logro de un sueño que pronto se haría realidad.
Unos
amigos y una computadora como Apple I con escasas prestaciones, no les
permitiría continuar con su sueño, por lo buscaron financiación hasta que Mike
Markkula se cruzó en el camino de Jobs, y decidido invertir y
crear en 1976 Apple Computer. En esta nueva andadura desarrollaron Apple
II, con el que consiguieron, gracias a sus ventas, millones en poco tiempo. El miedo a que eso
se pudiera acabar y el afán por
conseguir mejorar y seguir creciendo, les hizo embarcarse en la creación de una
nueva máquina Apple III.
La
competencia con IBM PC era feroz y Apple, y sobre todo Steve Jobs, no se podía
permitir que le tomaran la delantera, por lo que luchó duramente en la
creación y comercialización de Apple Lisa, su gran
apuesta y en la que Apple invirtió un gran capital. Las ventas no fueron las esperadas
por
su elevado precio de salida, pero tanto este modelo como su sucesor Macintosh, fueron los desencadenantes de grandes
desigualdades entre los trabajadores de la misma compañía.
Jobs,
tras una visita a Xerox PARC para conocer la interface gráfica, y posteriormente
poder superarla e incorporarla en sus nuevos proyectos de mejora del computador
Lisa, canjea esta visita en Xerox, por
participaciones de Apple en su salida a
bolsa. Debía ser rápido y la competencia no le dejó otro remedio que jugar sus
cartas. Jobs en el momento que Apple sale a bolsa, consigue que algunos de los
empleados ya posean acciones de la compañía, provocando así que muchos de ellos
se convirtieran en millonarios.
Cada vez comienza a ser más evidente
las diferencias entre empleados que consideran a Steve un gran jefe, mientras otros lo consideran una persona sin escrúpulos
dispuesta a cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos.
Mike Markkula releva a Jobs del
equipo Lisa, acusándole de administrar mal al equipo. Debía unificar proyectos
y equipos, Lisa y Macintosh en uno solo, presentando la computadora como un
Macintosh de gama alta. Esta unificación no hizo más que avivar la llama entre
empleados con filosofías de trabajo completamente diferente e incluso
condiciones salariales muy distintas.
El
fuerte carácter Steve Jobs y gran
ambición, hizo que sometiera a parte de su equipo de trabajo a un esfuerzo desmedido sin ningún tipo de
recompensa, mientras que otros se veían
favorecidos desempeñando las mismas funciones. Algo de lo que no quiso
participar Wozniak. Ideas claras, esfuerzo y una dosis de ambición son algunos
de los ingredientes con los Steve Jobs consiguió llevar a Apple donde está, muchas
veces olvidándose de quienes día a día lucharon por conseguir los retos
planteados. Este comportamiento no es ni mucho menos la clave del éxito, aunque
bien es cierto que muchos empresarios en
los últimos tiempos han tomado como referencia estas prácticas, mal
interpretando las políticas en materia de recursos humanos y generando conflictos
entre sus propios empleados con la terrible idea de que el enfrentamiento
genera competencia.
La forma en que Steve Jobs gestionaba a su equipo humano parecía divertirle; su trato era, por una parte, inspirador, y por otra humillante. La búsqueda interior sobre el significado de su existencia y de sus orígenes, parece haber marcado su carácter impetuoso y determinado su incapacidad para asumir ciertos compromisos como la paternidad. El genio, amado por unos y odiado por otros, era capaz de motivar, de inspirar, de hacer de un ideal casi una religión...pero albergaba mucho dolor interno como para mostrar empatía y ser conciliador. Tan presente estaba la competitividad en su vida que la trasladó a su equipo de trabajo, donde logró, quien sabe si de manera intencionada, enfatizar las diferencias entre empleados en cuanto a participaciones económicas en la empresa y en función del proyecto (exitoso o no)en el que trabajaban.
ResponderEliminarJobs consiguió trasladar sus ideas a toda la empresa. Si hacía falta dividir en dos la compañía, en distintos proyectos, y que incluso se enfrentasen entre ellos no le importaba e incluso le parecía divertido. Todo por ese afán de competitividad y crear lo mejor. Quizás por ello, perdió una parte importante en su momento,a Steve Wozniak, que viendo como estaba la situación tras su recuperación del accidente de avioneta, decidió marcharse de la empresa. Bajo mi punto de vista, repercutió de forma negativa en Jobs en los sucesivos años.
ResponderEliminarPersonalmente no creo que sea la mejor manera de llevar una empresa hacia el éxito, pero... Jobs en su día lo consiguió (antes de ser despedido)
Y a su vuelta consiguió renacer a Apple de la crisis en la que estaba sumida.
A mi me suena todo muy "coaching" empresarial y ese estudio de "como ser un jefe eficiente" y cosas de esas. Es una manipulación psicológica del empleado: el obligarlo a pertenecer a un grupo como en la Antigua Roma. Es Pan y circo y la guerra del fútbol. La guerra interna en Apple existe para provocar al empleado y que sea más eficaz a razón de una competencia con su par.
ResponderEliminarDeja mucho, mucho que desear. Y volvemos otra vez a lo mismo ¿A costa de qué precio el triunfo?
Tengo que decirlo, no puedo contenerme: Si seguimos idolatrando a gente con estos valores vamos a ir a peor.